
02 Ago 2023 MICROBIOTA
Somos lo que comemos, pero también las bacterias que nos colonizan.
¿Qué es la microbiota?
La microbiota es un conjunto de microorganismos que viven en la piel y en la superficie de las mucosas de los organismos superiores en relación mutualista. Nuestra vida no sería posible en su ausencia.
Aunque desde hace más de un siglo se conoce que la microbiota autóctona tiene efectos beneficiosos para el organismo, en los últimos años ha aumentado notablemente el interés por el microbioma humano y su relación con la salud.
La microbiota intestinal
El intestino humano, uno de los ecosistemas más densamente poblados de la Tierra, alberga un complejo ecosistema de comunidades microbianas. La microbiota intestinal, también llamada flora intestinal, está conformada por los diversos microorganismos que habitan en el tubo digestivo.
La microbiota intestinal de un individuo de 70 Kg se compone de más de 100 billones de microorganismos pertenecientes a unas 500 a 1000 especies distintas y pesa alrededor de 200 g.
En realidad, la microbiota intestinal puede considerarse como un órgano más, perfectamente integrado en la fisiología del individuo.
La homeostasis es la tendencia del organismo a resistir cambios, con el fin de mantener un ambiente interno estable y relativamente constante. En este sentido, el equilibrio tubo digestivo-microbiota condiciona la homeostasis del individuo en su entorno ambiental.
- En la boca hay multitud de bacterias, protozoos y levaduras. Se admite que son más perjudiciales que beneficiosos. Algunas bacterias causan caries y ciertas levaduras pueden producir aftas en condiciones de inmunodepresión.
- En estómago y duodeno, por la presencia de los jugos gástrico, biliar y pancreático, la densidad microbiana es escasa.
- En yeyuno e íleon la microbiota va incrementándose a medida que se avanza hacia distal, fundamentalmente a expensas de lactobacilos.
- En intestino grueso, la concentración de flora es enorme y está dominada por bacterias, aunque también hay arqueas, hongos (levaduras) y protozoos. Hay más de 500 especies dominando este hábitat, que constituye un ecosistema muy resistente a la inducción de cambios desde el exterior.
Funciones de la microbiota intestinal
La microbiota, en perfecta simbiosis con el organismo humano, ejerce un efecto barrera en el intestino, compite con el establecimiento de patógenos productores de graves enfermedades, tiene una importante participación en algunas funciones digestivas y en la producción de vitaminas K y B y participa importantemente en la inmunidad.
La microbiota intestinal nos protege de factores ambientales adversos (deficiencias dietéticas, tratamientos con antibióticos, acción de agentes infecciosos) y regula funciones metabólicas, inmunitarias y neurológicas claves para la salud.
Pero no solo el intestino es el órgano inmunitario más importante. Hoy en día se habla del eje intestino-cerebro. Los microorganismos del intestino y los metabolitos que en él se generan a partir de la digestión de los alimentos, pueden modificar las emociones y el comportamiento frente a situaciones de estrés.
Síntomas de las alteraciones de la microbiota intestinal
El ser humano nace completamente estéril y adquiere su microbiota al nacer, fundamentalmente de la madre y del entorno ambiental inicial.
La flora intestinal se establece a los 2-3 años de edad y sufre cambios a lo largo de la vida relacionados con diversas circunstancias tales como el tipo de alimentación, las intolerancias alimenticias (celiaquía, por ejemplo), el desarrollo de enfermedades inflamatorias intestinales (Colitis Ulcerosa y Enfermedad de Crohn), el padecimiento de enfermedades infecciosas del tubo digestivo (Helicobacter pylori, por ejemplo), la ingesta de antibióticos, el consumo de tóxicos como tabaco y alcohol, el sedentarismo e, incluso, con el estrés.
También enfermedades de otros órganos y sistemas pueden afectar la microbiota del tubo digestivo, tales como infecciones de vías respiratorias, obesidad, síndrome metabólico, diabetes tipo 2, alergias y asma, síndrome del colon irritable y enfermedades autoinmunes.
Una microbiota intestinal alterada cursa con síntomas digestivos tales como hinchazón abdominal, ardor de estómago, eructos, episodios de diarrea y de estreñimiento, cólicos intestinales, cansancio, alteración del sueño y mayor deseo de ingerir alimentos azucarados.
Y también la microbiota intestinal alterada participa en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas, metabólicas y psiquiátricas, incluyendo las alteraciones del ánimo asociadas al estrés, como la ansiedad y la depresión.

Tratamiento de las patologías secundarias a alteraciones de la microbiota intestinal
El Médico Especialista en Aparato Digestivo, tras haber descartado la existencia de ciertas intolerancias alimentarias (lactosa, fructosa, sacarosa, huevos, gluten…), puede restaurar la normalidad de la microbiota intestinal de diversas maneras.
- Aconsejando realizar una alimentación rica en prebióticos. Los prebióticos son sustancias de la dieta con fibras vegetales específicas que nutren al grupo de bacterias intestinales beneficiosas, favoreciendo su presencia frente a las patógenas. Están presentes en ajo, setas, espárragos, cebollas, cebada, avena, raíz de achicoria, manzana, cacao, lentejas rojas, maíz, puerros, alcachofas, plátanos, tomates, miel, patata, batata, soja, pan de masa madre…
- Prescribiendo un tratamiento antibiótico específico combinado con probióticos. Los probióticos son microorganismos vivos beneficiosos, presentes en algunos alimentos fermentados como el yogur natural, la soja fermentada, el kéfir, los encurtidos, el suero de mantequilla, el chucrut, el kimchi, el pan de masa madre, algunos quesos crudos, el miso… También existen probióticos en forma de preparados comerciales. Los probióticos deben consumirse con prebióticos, el alimento de los probióticos.
- El transplante fecal es un tratamiento antiguo que ha vuelto a ponerse de moda por su efectividad demostrada en los casos graves de infección refractaria por Clostridium difficile. En la actualidad es una técnica experimental que solo debe realizarse en el contexto de ensayos clínicos reconocidos por la Agencia Española del Medicamento y autorizados por los comités éticos correspondientes.
Los resultados de los tratamientos encaminados a restaurar la normalidad en la microbiota comienzan a apreciarse a partir del mes. En ocasiones se mantienen durante 6 meses o más.
Está demostrado que la microbiota intestinal participa en el estado de ánimo. Hasta un 90% de la serotonina, neurotransmisor conocido como la hormona de la felicidad, se produce en el sistema digestivo. El déficit de serotonina se relaciona con la ansiedad, la agresividad y el insomnio y con enfermedades mentales como la depresión, el autismo, el TOC, el TDAH y la esquizofrenia.
Actúan sobre la síntesis de serotonina los lactobacilos, las bifidobacterias y, especialmente, la bacteria Christensenella minuta, especie presente en la microbiota de personas delgadas.
Conclusión
Los datos científicos confirman la importancia de la dieta con respecto al establecimiento y funcionamiento de la microbiota intestinal humana. Y los estudios que establecen correlaciones entre microbiota y salud confirman el importante papel de la dieta en la patogenia de determinadas enfermedades.
Manteniendo una microbiota funcional mediante dieta, prebióticos y probióticos, seguramente logremos prevenir enfermedades como la obesidad, el síndrome metabólico, el cáncer, ciertos procesos inflamatorios y algunos problemas psiquiátricos.
Dr. Arsenio Menchero Sánchez
02/08/2023